El neurólogo Joaquín Fuster, autor del libro 'Cerebro y Libertad', reconoce que uno de los retos son las enfermedades neurodegenerativas
El neurocientífico Joaquín Fuster, autor del libro 'Cerebro y Libertad' (Editorial Ariel), da algunas claves en el desarrollo de las facultades emocionales y cognitivas en el paso de la niñez a la adolescenci.
Vida | 20/06/2014 - 00:03h | Última actualización: 20/06/2014 - 10:40h
¿Existe el libre albedrío? ¿De qué manera el cerebro condiciona nuestra
libertad? Grandes interrogantes existenciales que la ciencia también
trata de encontrar respuestas. Así lo hace el reconocido neurocientífico
Joaquín Fuster (Barcelona, 1930) en su libro ‘Cerebro y
libertad’ (Editorial Ariel), que desgrana los cimientos cerebrales de
nuestra capacidad para elegir. Fuster, afincado en Estados Unidos y todo
un referente en el estudio de la corteza prefrontal del cerebro, es
profesor de Neurociencia Cognitiva en el Instituto de Investigaciones
Cerebrales y en el Instituto Semel de Neurociencia y Conducta Humana de
la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). El neorucientífico,
doctor en filosofía y medicina y hermano del cardiólogo Valentín Fuster,
es uno de los pioneros en la neurociencia cognitiva al descubrir y
describir las “células de la memoria” en el cerebro de los animales.
-¿Qué empuja a un neurocientífico a escribir sobre asunto como el de la libertad humana?-Se necesita ser valiente (sonríe). Es un tema muy elevado. Además del cerebro me ha interesado siempre mucho las cuestiones sociales, la economía y la libertad. También he trabajado con una parte del cerebro que tiene mucho que ver con la libertad, con el lenguaje y con la creatividad, que es la corteza del lóbulo frontal. Se han juntado varias cuestiones.
- Usted comenta que el fundamento máximo de la libertad humana consta de dos funciones cognitivas que distinguen claramente a los seres humanos: el lenguaje y la capacidad de predecir el futuro. ¿A qué se deben estas cualidades?- Estas son las dos cualidades características del humano y que yo sepa no tiene ningún bicho (sonríe). Esto se debe justamente al desarrollo extraordinario, a la explosión de la corteza prefrontal, que es el órgano de la libertad y de la creatividad, y es lo que nos abre al futuro.
- ¿Realmente existe el libre albedrío?- Sí, pero con límites, como todas las funciones nerviosas.
-¿Qué límites?- Los límites ya provienen del hecho de que el cerebro es una estructura física. El cuerpo humano tiene límites, pero dentro de éstos hay libertad de acción.
-¿Qué tipo de libertad de acción?- En sentido estricto, la libertad es la capacidad del ser humano de elegir entre opciones de acción, incluyendo la no acción, el no hacer nada.
-¿Qué condiciona esa capacidad de elegir?- Los determinantes de la decisión son muchísimos. Empezando por los núcleos basales del cerebro, que sirven para integrar los instintos primarios, las emociones y las directrices biológicas de nuestro organismo. No lo está por encima de ellos sus estructuras como el tálamo y la corteza, que permiten hacer esas asociaciones nuevas. Lo que ocurre es que gracias al desarrollo de la corteza prefrontal mientras crecemos el ser humano se abre al futuro debido a la capacidad de formar nuevas conexiones, de planificar la acción en el tiempo.
- ¿De qué manera?- Ayuda naturalmente mucho el lenguaje porque permite hacer estructuras nuevas de comunicación entre los seres humanos.
-¿Cuántos más idiomas mejor? ¿Qué beneficios tiene el bilingüismo?- Es positivo porque por el poder de la asociación lo que falla en una lengua puede recobrase con la otra. Si bien es verdad que las lenguas primarias, la lengua materna, adquieren primacía.
- La sensación de libertad también es subjetiva, ¿no?-La diferencia en la capacidad de elegir es enorme y cambia de tiempo en tiempo. En la sociedad, hay individuos más libres que otros. No hay que estar en la cárcel para sentirte limitado.
- ¿De qué depende?- De muchas cuestiones, como la capacidad intelectual, la habilidad de establecer relaciones humanas, y es muy importante la capacidad de desarrollar las emociones, la empatía y la simpatía.
-¿Qué importancia tiene las emociones o la intuición en la toma de decisiones?- Son muy relevantes. En realidad, la intuición es el pensamiento lógico inconsciente. Tiene un gran papel en las decisiones, a veces de modo brusco, inesperado y totalmente inconsciente.
-Por ejemplo…- La corazonada es el ejemplo clásico. Si se analizan los precedentes de la corazonada se encuentran a veces impulsos inconscientes perfectamente lógicos dentro del ambiente vital, de la razón vital que decía Ortega y Gasset.
-Usted también dedica un capítulo del libro a la inteligencia creativa. ¿De dónde surgen las ideas en nuestro cerebro?- La creación surge de la totalidad, de la corteza y promovida por las fuerzas del inconsciente, en buena parte de la emoción y la intuición.
- De nuevo el inconsciente…-La creatividad proviene de lo que José Antonio Marina llamaba la furia creadora. Estos son los acicates para el desarrollo de estructuras nuevas de conducta y planificación. Algo que no puede hacer el individuo con lesiones de la corteza frontal.
-¿Desde cuándo se sabe esto?- Ya llamaba la atención a los médicos en el frente desde la Primera Guerra. Estudiaban a estos individuos con lesiones prefrontales y todos tenían la misma característica: la incapacidad de planear nada, ni siquiera en el futuro más inmediato.
-Usted que lleva toda una vida estudiando el cerebro, ¿queda mucho todavía por descubrir?- Muchísimo y hay que ser extraordinariamente humilde.
- A partir de las investigaciones realizadas también señala que las neuronas están interconectadas, ¿realmente lo están todas?- Todas, en la corteza prefontal y fuera de ella. Del número de conexiones entre células surge la creación, la imaginación, la libertad y la idiosincrasia de cada ser humano. Tenemos de 10.000 a 20.000 millones de neuronas en la corteza y la capacidad de interconexión entre ellas es prácticamente infinita. Y el código cognitivo es un código de conexiones, de relaciones entre células y entre asambleas neuronales.
- Muchas de estas neuronas mueren, pero el recuerdo permanece, ¿por qué?- Unas van tomando el trabajo de las otras. Y así es. Cuando hay una lesión seria de la corteza prefrontal o posterior las demás cortezas se ponen a trabajar y a sustituir en lo posible las asociaciones que se perdieron con la pérdida de aquella parte. Es decir, hay mucha capacidad de relevo, sustitución y readaptación, lo que llamamos plasticidad en el cerebro.
-¿Qué le parecen aquellas investigaciones que señalan que en el área derecha del cerebro está la parte más creativa y la izquierda la más lógica?- Hay algo de ello, pero es muy pasado por agua. Son diferenciaciones que la clínica ha sugerido. En realidad, poco sabemos de la diferenciación radical en ninguna de estas cuestiones. Si bien es verdad que el hemisferio izquierdo parece estar más especializado en el lenguaje y el derecho en las funciones espaciales, estéticas, etc…Pero es una división muy ligera.
- Hace unos días participó en la presentación del plan de apoyo de a la neurociencia en la Real Academia de Medicina. ¿Cuáles son los retos de la neurociencia?- Las enfermedades neurodegenerativas. De todos modos, en una de ellas, en la enfermedad de Parkinson se ha progresado mucho con medicamentos, con cirugía y estimulación. En otras se ha avanzado menos, como en el Alzheimer. Hay esperanzas sobre todo relacionadas con la genética y biología molecular. Es donde más se trabaja y se puede avanzar.
-¿Por qué?- El progreso de la neurociencia cognitiva trasciende las moléculas. En realidad, pretender entender la inteligencia y el lenguaje estudiando las moléculas o las sustancias químicas es como estudiar la composición química de la tinta para entender lo que dice la carta.
- En cuanto a las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, ¿hay noticias esperanzadoras para su cura?- Tenemos las esperanzas, pero todavía no hay nada firme desgraciadamente. Eso sí, hay factores que permiten protegernos del desarrollo de estas enfermedades.
-¿Cómo podemos protegernos del Alzheimer?- Por ejemplo, el deporte, la actividad física, la mental y social, y una nutrición adecuada.
-¿Hay que mantener el cerebro en forma?- Es importante. Si no lo usas, lo pierdes. También necesita hacer gimnasia.
-¿Cuánto más mayores también tenemos más conocimiento?- El conocimiento está organizado jerárquicamente, como la corteza. Así que mientras perdemos la memoria de las cosas concretas, del nombre, de la calle, de la cara, etc…adquirimos una memoria más general, más abstracta y se mantienen más los elementos genéricos de la información, que abarca muchos aspectos.
- En su libro también reflexiona sobre la neuroeconomía, ¿Qué le parece este campo?- Hay que ir con cuidado. Es verdad que uno puede jugar con factores económicos, de beneficio y de riesgo, como en una economía real, a niveles bajos y básicos de actividad biológica en el ejercicio de las funciones instintivas y emocionales Y de ahí nació la denominación de neuroeconomía. Nació de estudios sobre todo en primates donde se podía manipular la probabilidad del riesgo y de la recompensa. De todos modos, hay un factor neuroeconómico muy imporante: el descuento por demora.
- ¿En qué consiste?- El niño lo quiere todo aquí y ahora, no puede esperar. Este descuento se reduce con el tiempo porque el individuo empieza a aprender. La demora a veces resulta ser más beneficiosa que la recompensa inmediata. Es importante porque trasciende a la neuroeconomía y llega a la economía real.
- ¿De qué manera?- Hay una industria enorme financiera que se dedica a influir en los individuos, acorta el tiempo a la recompensa por medio del crédito. Quieres comprar una casa y a los pocos días firmas la hipoteca. Luego mucha gente se queda colgada porque no tiene los recursos para pagar la deuda. Ahí está lo malo del descuento por demora, que se ha incrementado en el estado del bienestar.
-¿De los últimas investigaciones en materia de neurociencia cuál le ha llamado más la atención?- Se han hecho verdaderos progresos en la esquizofrenia y en otras enfermedades mentales gracias a la farmacología y a estudios de neurotransmisores. Cada vez cunde más la idea de que la esquizofrenia es una enfermedad de desconexión, sobre todo en la corteza. Y una desconexión que favorece el que tome en primacía los factores básicos, los biológicos y las emociones. Con la emoción se inunda la capacidad de la corteza de razonar lógicamente y se pierde el sentido de la realidad.
-¿Actualmente en que ésta investigando?- Lo que más me interesa es el estudio por técnica de imagen (resonancia magnética funcional) de las actividades cognitivas altas, es decir, el estudio de qué es lo que hay en el cerebro que nos abre al futuro. Parece un poco abstracto, pero hoy en día con la ayuda de las técnicas de imagen podemos acercarnos gradualmente a explicaciones que son hasta cierto punto causales, no solo correlacionales.
- Usted ha desarrollado su carrera científica en Estados Unidos. ¿Cómo ve la fuga de cerebros de España de colegas suyos de profesión?- Ha sido una tragedia, pero España no es el único país que ha perdido cerebros, muchos otros países de Europa lo han hecho, ya no digamos en Oriente. Cuando emigré la ciencia estaba muy abandonada en España. Tuve la fortuna de que mi padre era extraordinariamente liberal.
-¿Qué le dijo?- Entonces estaba especializándome en psiquiatría, la profesión de mi padre, y de ahí me surgió el interés por el cerebro. Recuerdo a mi padre decirme: “De eso no hay nada aquí ¡Véte!”. Era un hombre muy pragmático, aunque sintió mucho mi partida.
- Y le hizo caso…- Enseguida. Me busqué una beca de una Fundación de origen español, la del Amo, que ayudaba a médicos jóvenes españoles en California. Hay que aprovechar las circunstancias y esto en realidad es lo que rige nuestro destino.
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